2. Principios que rigen la dieta vegetariana
En primer lugar, Pérez (2014) nos plantea que una dieta vegetariana no sólo implica el
reducir el consumo de las carnes, aves, pescados y mariscos, sino evitarlas
completamente. De ahí que se requiere por parte de quien realice el cambio, mucha
fuerza de voluntad para regresar a los viejos hábitos alimenticios.
También se concibe la idea de que un menú vegetariano sólo está compuesto por
verduras y frutas, y muy contrario a esto, la dieta sin carnes requiere de una gran
variedad de productos para que sea exitosa, esto a razón de la proporción de nutrientes
que recibirá el organismo.
Además, es necesario recordar que los nutrientes de los productos de origen animal, no
pueden ser totalmente sustituidos por los vegetales y granos, esto hace replantear la
idea de sólo cierto tipo de alimentos puede compensar lo que se deja de consumir a
razón del origen.
En una dieta vegetariana, se deben incorporar las legumbres, hortalizas, cereales,
verduras y por supuesto, frutas. La idea es eliminar el consumo de productos que
provengan o en el que intervengan animales para su elaboración, por ejemplo la miel,
gelatina, huevos, lácteos. Esto a razón no sólo de las proteínas de origen no vegetal
que contienen, sino en el trato que puedan recibir los animales durante su elaboración o
procesamiento.
Cuando se tiene una ingesta alta en productos ricos en fibra, sin refinar, bajos en sal y
azúcar, se puede reducir el riesgo de enfermedades cardíacas, intestinales, diabetes,
cálculos biliares y cáncer, sino poder alcanzar la dieta vegetariana perfecta, en donde
se tiene cuidado de cada detalle en pro de la salud.
Hay que tener en cuenta el consumo de alimentos que estén lo más frescos posibles y
de origen orgánico, ya que estos contienen más nutrientes que los de otro tipo. Así
mismo, se recomienda la ingesta de frutas y verduras de temporada, pues son más
económicas y abundantes.
Otro principio es el cuidado en la ingesta de harinas procesadas. Por lo general, un
vegetariano no consume alimentos con preservantes, químicos o edulcorantes.
También se abstiene de productos hechos a base de harina “blanca”.